Hoy levanto mis manos a ti Señor, para pedirte que me des paz. Paz para poder sobrellevar las responsabilidades que has depositado en mis manos y para afrontar todos los obstáculos que tengo por delante. Dame paz para esperar en ti, y confiar que tienes control de mi vida y de las vidas de las personas que amo. “La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Filipenses 4:7.
sábado, 3 de marzo de 2012
viernes, 2 de marzo de 2012
¡Alégrate, el Señor está contigo!
Desde mi cruz a tu soledad
Te escribo desde mi cruz a tu soledad, a ti, que tantas veces me miraste sin verme y me oíste sin escucharme.
A ti, que tantas veces prometiste seguirme de cerca y sin saber por qué te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo para que no te perdieras.
A ti, que no siempre crees que estoy contigo, que me buscas sin hallarme y a veces pierdes la fe en encontrarme, a ti, que a veces piensas que soy un recuerdo y no comprendes que estoy vivo.
Yo soy el principio y el fin, soy el camino para no desviarte, la verdad para que no te equivoques y la vida para no morir.
A ti, que tantas veces prometiste seguirme de cerca y sin saber por qué te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo para que no te perdieras.
A ti, que no siempre crees que estoy contigo, que me buscas sin hallarme y a veces pierdes la fe en encontrarme, a ti, que a veces piensas que soy un recuerdo y no comprendes que estoy vivo.
Yo soy el principio y el fin, soy el camino para no desviarte, la verdad para que no te equivoques y la vida para no morir.
Mi tema preferido es el amor, que fue mi razón para vivir y para morir.
Yo fui libre hasta el fin, tuve un ideal claro y lo defendí con mi sangre para salvarte.
Fui maestro y servidor, soy sensible a la amistad y hace tiempo que espero que me regales la tuya.
Nadie como yo conoce tu alma, tus pensamientos, tu proceder, y sé muy bien lo que vales.
Sé que quizás tu vida te parezca pobre a los ojos del mundo, pero Yo sé que tienes mucho para dar, y estoy seguro que dentro de tu corazón hay un tesoro escondido; conócete a ti mismo y me harás un lugar a mí.
Si supieras cuánto hace que golpeo las puertas de tu corazón y no recibo respuesta.
A veces también me duele que me ignores y me condenes como Pilatos, otras que me niegues como Pedro y que otras tantas me traiciones como Judas.
Y hoy, te pido paciencia para tus padres, amor para tu pareja, responsabilidad para con tus hijos, tolerancia para los ancianos, comprensión para todos tus hermanos, compasión para el que sufre, servicio para todos.
Quisiera no volver a verte egoísta, orgulloso, rebelde, disconforme, pesimista.
Desearía que tu vida fuera alegre, siempre joven y cristiana.
Cada vez que aflojas, búscame y me encontrarás; cada vez que te sientas cansado, háblame, cuéntame. Cada vez que creas que no sirves para nada no te deprimas, no te creas poca cosa, no olvides que yo necesité de un asno para entrar en Jerusalén y necesito de tu pequeñez para entrar en el alma de tu prójimo.
Cada vez que te sientas solo en el camino, no olvides que estoy contigo. No te canses de pedirme que yo no me cansaré de darte, no te canses de seguirme que yo no me cansaré de acompañarte, nunca te dejaré solo. Aquí a tu lado me tienes, estoy para ayudarte.
Te quiero mucho,
tu amigo:
Jesús
http://www.palabrasdevida.org.ve
jueves, 1 de marzo de 2012
La Biblia y la Vejez - Los Años Dorados. Parte 1
"NO ME DESECHES EN EL TIEMPO DE LA VEJEZ." (Salmo 71:9)
Muchas veces hacemos chistes respecto a hacerse mayores, y decimos cosas como: 'Tengo treinta y nueve años y aquí me planto', indicando que no queremos llegar a los cuarenta y ser considerados como "viejos". Mientras albergues un sueño en tu corazón, nunca serás viejo. Dijo el salmista: "Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni a su descendencia que mendigue pan" (Salmo 37:25). Lo que más nos asusta de envejecer es acabar solos, necesitados o ser un estorbo para otros. Al encarecerse la vida y reducirse las pensiones, es maravilloso poder decir: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que [me] falta." (Filipenses 4:19). Tus años dorados pueden ser los mejores porque podrás hacer todas esas cosas que siempre quisiste pero para las que no tuviste tiempo.
'Quisiera tener más tiempo para la leer.' Pues ahora puedes. 'Quisiera pasar más tiempo en oración.' Ahora es el momento. Y otras muchas cosas de las que podrás disfrutar ahora: viajar, ministrar en la obra de Dios, pasar tiempo con los nietos, dedicarte a tus aficiones, visitar a los amigos.
Job 5:26 habla de llegar "con vigor a la sepultura". Jueces 8:32 habla de la "buena vejez". Génesis 25 menciona a hombres y mujeres "llenos de años". Puedes morir así: ¡lleno de años! La palabra "lleno" significa repleto hasta rebosar. ¿No es fantástico? Si eres una persona mayor, Dios tiene una palabra para ti hoy: "Hasta vuestra vejez. y hasta vuestras canas os sostendré." (Isaías 46:4). Había un anuncio publicitario de una marca de café que decía: "Bueno hasta la última gota." ¡Que sea ése el lema de tu vida!
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