«Plus à me frapper on s'amuse, tant plus de marteaux on y use» («Cuanto más disfrutamos golpeando, más martillos gastamos»). Esta frase está escrita en un grabado del siglo 16 que representa un yunque en forma de Biblia, la cual está siendo golpeada a grandes mazazos por unos herreros. Esto es un recordatorio de los esfuerzos que fueron desplegados para atenuar, desacreditar y aniquilar la Biblia. En el transcurso del tiempo ha sido quemada, criticada en numerosas obras racionalistas y seudocientíficas.
¿Por qué tanto empeño en destruirla, si es un libro como los demás? No, no es un libro cualquiera: es el mensaje de Dios para los hombres. Ese Libro sobrevivió a sus detractores e incluso es el libro más impreso hoy en día. La Biblia es la Palabra de Dios, viva y eficaz (Hebreos 4:12). En el siglo 21 continúa proponiendo al hombre la única manera de encontrar una verdadera relación con Dios. Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6). La Biblia no es un tratado de filosofía o de ética, ni un libro de ciencias o de historia. Ella se dirige a la conciencia y al corazón, satisface las necesidades más profundas del alma humana y nos presenta a la maravillosa persona del Señor Jesús, el Salvador viviente. "Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores" (1 Timoteo 1:15). | |
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud,
así como prospera tu alma. –
Tercera carta de Juan, versículo 2.