Boletín semanal de la Iglesia “CEMICI”
Pastor:
JUAN TOUSSAINT
Para mucha gente la oración
se limita a algunas frases aprendidas de memoria. Pero eso no es orar.
Orar es dirigirse a Dios como un hijo le
habla a su padre. En toda la tierra, millones de personas pueden hablarle al
Señor al mismo tiempo, porque ningún pensamiento de hombre alguno escapa a su
perfecto conocimiento. Varios salmos de David lo afirman: "Has
entendido desde lejos mis pensamientos. todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Señor, tú la sabes toda"
(Salmo 139:2-4). "Desde el cielo mira el Señor; ve a todos los
hijos de los hombres: desde el lugar de su morada observa a todos los moradores
de la tierra" (Salmo 33:13-14, V.M.)
Orar es exponerle a Dios todas nuestras
penas y necesidades. Es tener la seguridad de que él escucha y responderá según
su perfecto conocimiento de lo que es bueno para los que se dirigen a él.
Cuando nos habla mediante su Palabra, la Biblia, también quiere que le demos
gracias por lo que nos revela. Dios es amor y el hecho de que nos escuche es
una prueba de ello.
El creyente tiene el privilegio de dirigir
sus oraciones al Padre. El Señor Jesús alienta a los suyos para que se dirijan
directamente a Dios, recordándoles: "De cierto, de cierto os digo, que
todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. El Padre mismo os ama"
(Juan 16:23-27).
El que
hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?.
El Señor conoce los pensamientos de los hombres.
Salmo 94:9 y 11.
Tú oyes la oración.
Salmo 65:2.
El Señor conoce los pensamientos de los hombres.
Salmo 94:9 y 11.
Tú oyes la oración.
Salmo 65:2.
LA ESTRELLA DE VIDA
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel
que en el cree no se pierda más tenga vida eterna . . . Juan 3:16.
Durante
la Segunda Guerra Mundial era costumbre en los Estados Unidos que una familia
que tuviera un hijo sirviendo en el ejército colocara una estrella en la
ventana frontal de su casa. Una estrella dorada indicaba que el hijo había
muerto apoyando la causa de su país.
Hace
años alguien contó una conmovedora historia sobre esta costumbre. Dijo que una
noche, un hombre estaba caminando por una calle de Nueva York acompañado de su
hijo de 5 años. El niño estaba interesado en las muy iluminadas ventanas de las
casas y quería saber por qué algunas tenían una estrella en la ventana. El
padre explicó que esas familias tenían un hijo peleando en la guerra. El niño
aplaudía cuando veía otra estrella en la ventana y exclamaba: «¡Mira papá, otra
familia que dio a su hijo por su país.»
Finalmente
llegaron a un lote vacío y a una brecha en la hilera de casas. A través de la
brecha se podía ver una estrella brillando mucho en el cielo. El niño contuvo
el aliento y dijo: «¡Papá! Mira esa estrella en la ventana del cielo. Dios
debe haber dado a su Hijo también.»
¡Ciertamente!
Hay una estrella en la ventana de Dios. ¿Te das cuenta de lo que hizo por ti?
Por el amor que Dios nos tiene dio a su Hijo
¿Le
has dado las gracias?
MUCHOS DAN LA VIDA POR SU PAÍS,
PERO JESÚS DIOS SU VIDA POR EL MUNDO.