Vamos a estar leyendo Lucas 12:49-53
Fuego vine a echar en la tierra ¿y que quiero si ya se ha encendido? De un bautismo tengo que ser bautizado, y ¡como me angustio hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión.
Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estaran divididos, tres contra dos, y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra la suegra.
Sin duda es un pasaje fuerte, si nosotros leyéramos este pasaje a cualquier persona que no conoce a Jesucristo, ¿Qué nos respondería? Se nos podría plantear, la pregunta ¿como es que Jesucristo, que es amor, vino a dividir a la familia? Realmente no lo entenderían.
En el versículo 49 leemos: “Fuego vine a echar en la tierra ¿y que quiero si ya se ha encendido?” Y en aquel tiempo la llegada de Jesucristo encendió el fuego, y fue el causante de la división de la familia, ¿De que se trata esta división de la que habla Jesucristo? No se trata de la destrucción de la familia, sino que es la resolución que cada uno decide ante la llegada del Rey a la familia. Es decir, la reacción que tienen las personas, cuando Jesucristo es predicado a sus vidas. Por supuesto que esa Palabra no tiene una unidad de respuesta, es así lo vemos en nuestras iglesias, cuantos esposas concurren solas porque el esposo, no quieren saber nada de Dios, o cuantos matrimonios no logran que sus hijos, yernos o nueras concurran, y cuantas veces esas esposos/as, hijos/as etc. son recriminados por el tiempo que le dedican a Dios. Entonces ahí se produce la rotura en el seno de la familia.
Sabemos que una familia constituida en Jesucristo no es igual que una familia que no lo es.
En el seno del pueblo judío, el pueblo elegido de Dios, que conforman la familia de los hijos de Dios, apareció Cristo y causo división con su predica y con su testimonio y esa división del pueblo judío hasta hoy existe lo cual se acabara cuando venga el Señor Jesucristo en su segunda venida. Es decir entonces que las afirmaciones de Jesús no es que el vino con la intención de provocar esta división, sino que obviamente esa división se da por el mensaje que el da que es el amor. Cuando se predica el amor, aquellos que escuchan, muchas veces se llenan de celos, ira, enojo, rechazo, envidia y tantas otras cosas, porque en sus corazones esta la soberbia, por el contrario de Jesucristo, que es todo humildad.
Y el lo dice en su Palabra “el que no esta conmigo esta contra mi” y esto es clarisimo porque hay un elemento fundamental, El es la verdad y del lado de satanás esta la mentira, esa es la realidad. esa es la causa. ¿Que pasa entonces con una familia que se divide por causa de Jesucristo?, empecemos por el principio, ya esa familia que se divide a causa de una conversión de un miembro de ella, ya estaba dividida, no existía el amor.
Le voy a explicar el porque. Supongamos que alguien de mi familia se convierta a Cristo, y yo no lo acepto por alguna razón, tal vez yo no lo comprenda, no lo entienda, pero si existe el amor yo no ire a la iglesia o iré a la iglesia, pero respetare su decisión, y ese es el verdadero amor. Conocemos situaciones de hermanas comprometidas con la iglesia y que sus esposos no creen en Dios, me viene a escribir, un caso de una hermana que su esposo es ateo, comprometido con el materialismo marxista – leninista, pero ese hombre va con su esposa y sus hijas a la iglesia aunque el no cree en Dios, y es el primero que cuando la iglesia hace un evento, el se ofrece para cocinar o trasladar algun hermano en el auto, el no cree pero esta ahí, acompaña a su familia. No me cabe duda que llegado el tiempo va a ser un hijo de Dios.
Ese hombre me demostró que ama su familia mas allá de sus convicciones o ideas.
Ahora bien, eso no quiere decir que si se presenta esa situación de división en la familia se entre en una rivalidad, por el contrario como hijos de Dios se debe no solo orar por nuestra familia sino también mostrar en el hogar el testimonio de nuestro cambio a través de los frutos. No podemos pretender que ellos cambien de un día para otro, a nosotros nos paso, llevamos un proceso. No hay mejor manera de mostrarles a nuestros familiares el camino que con nuestro testimonio de amor y de frutos en el espíritu. Nunca debemos pensar que todo es definitivo y cuando tengamos una situación así debemos orar sin cesar, entregando a Cristo a nuestra familia para que El a través de su Espíritu los toque y nosotros, como decía anteriormente, dando testimonio de nuestra vida en Cristo. Dios quiera que muchas familias sean unidas y que esa división de tres y dos sea cada vez menos. Lo único que puede unir a la familia es CRISTO
Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estaran divididos, tres contra dos, y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra la suegra.
Sin duda es un pasaje fuerte, si nosotros leyéramos este pasaje a cualquier persona que no conoce a Jesucristo, ¿Qué nos respondería? Se nos podría plantear, la pregunta ¿como es que Jesucristo, que es amor, vino a dividir a la familia? Realmente no lo entenderían.
En el versículo 49 leemos: “Fuego vine a echar en la tierra ¿y que quiero si ya se ha encendido?” Y en aquel tiempo la llegada de Jesucristo encendió el fuego, y fue el causante de la división de la familia, ¿De que se trata esta división de la que habla Jesucristo? No se trata de la destrucción de la familia, sino que es la resolución que cada uno decide ante la llegada del Rey a la familia. Es decir, la reacción que tienen las personas, cuando Jesucristo es predicado a sus vidas. Por supuesto que esa Palabra no tiene una unidad de respuesta, es así lo vemos en nuestras iglesias, cuantos esposas concurren solas porque el esposo, no quieren saber nada de Dios, o cuantos matrimonios no logran que sus hijos, yernos o nueras concurran, y cuantas veces esas esposos/as, hijos/as etc. son recriminados por el tiempo que le dedican a Dios. Entonces ahí se produce la rotura en el seno de la familia.
Sabemos que una familia constituida en Jesucristo no es igual que una familia que no lo es.
En el seno del pueblo judío, el pueblo elegido de Dios, que conforman la familia de los hijos de Dios, apareció Cristo y causo división con su predica y con su testimonio y esa división del pueblo judío hasta hoy existe lo cual se acabara cuando venga el Señor Jesucristo en su segunda venida. Es decir entonces que las afirmaciones de Jesús no es que el vino con la intención de provocar esta división, sino que obviamente esa división se da por el mensaje que el da que es el amor. Cuando se predica el amor, aquellos que escuchan, muchas veces se llenan de celos, ira, enojo, rechazo, envidia y tantas otras cosas, porque en sus corazones esta la soberbia, por el contrario de Jesucristo, que es todo humildad.
Y el lo dice en su Palabra “el que no esta conmigo esta contra mi” y esto es clarisimo porque hay un elemento fundamental, El es la verdad y del lado de satanás esta la mentira, esa es la realidad. esa es la causa. ¿Que pasa entonces con una familia que se divide por causa de Jesucristo?, empecemos por el principio, ya esa familia que se divide a causa de una conversión de un miembro de ella, ya estaba dividida, no existía el amor.
Le voy a explicar el porque. Supongamos que alguien de mi familia se convierta a Cristo, y yo no lo acepto por alguna razón, tal vez yo no lo comprenda, no lo entienda, pero si existe el amor yo no ire a la iglesia o iré a la iglesia, pero respetare su decisión, y ese es el verdadero amor. Conocemos situaciones de hermanas comprometidas con la iglesia y que sus esposos no creen en Dios, me viene a escribir, un caso de una hermana que su esposo es ateo, comprometido con el materialismo marxista – leninista, pero ese hombre va con su esposa y sus hijas a la iglesia aunque el no cree en Dios, y es el primero que cuando la iglesia hace un evento, el se ofrece para cocinar o trasladar algun hermano en el auto, el no cree pero esta ahí, acompaña a su familia. No me cabe duda que llegado el tiempo va a ser un hijo de Dios.
Ese hombre me demostró que ama su familia mas allá de sus convicciones o ideas.
Ahora bien, eso no quiere decir que si se presenta esa situación de división en la familia se entre en una rivalidad, por el contrario como hijos de Dios se debe no solo orar por nuestra familia sino también mostrar en el hogar el testimonio de nuestro cambio a través de los frutos. No podemos pretender que ellos cambien de un día para otro, a nosotros nos paso, llevamos un proceso. No hay mejor manera de mostrarles a nuestros familiares el camino que con nuestro testimonio de amor y de frutos en el espíritu. Nunca debemos pensar que todo es definitivo y cuando tengamos una situación así debemos orar sin cesar, entregando a Cristo a nuestra familia para que El a través de su Espíritu los toque y nosotros, como decía anteriormente, dando testimonio de nuestra vida en Cristo. Dios quiera que muchas familias sean unidas y que esa división de tres y dos sea cada vez menos. Lo único que puede unir a la familia es CRISTO